El mago entra en escena, muestra al público las manos completamente vacías y de improviso produce de la nada una rosa… ahora la deposita en un sombrero (o en otro contenedor de su elección) y produce una vez más una rosa de la nada, la deja en el sombrero y produce inmediatamente otra rosa y otra, siempre más velozmente . Al final toma el sombrero con todas las rosas dentro y lo da vuelta delante suyo… de las rosas no habrá rastros!
Un clásico de la magia que no deja de asombrar…
El color de la rosa puede ser distinto del que se muestra en la foto.
Un efecto de escena que puede ser introducido en una rutina de close-up