Efecto:
Aquí hay una herramienta realmente interesante … ¿por qué la llamamos Chin Chin? Porque los posibles efectos son dos como las palabras que forman el nombre del brindis.
El mago le muestra al público un vaso de plástico transparente. Lo llena con vino (o agua coloreada) o con agua simple, y con la palma de la mano derecha cierra la parte superior del vaso. En este punto, lo da vuelta y, después de retirar su mano de debajo del vidrio, le muestra al público cómo el agua permanece, inexplicablemente, suspendida sin caerse. Después de recibir el merecido aplauso, el mago vuelve a poner el vaso al revés y le da la vuelta al agua en una jarra o en cualquier otro recipiente. La belleza de este efecto es que al final puedes darle todo para controlar.
El segundo efecto, en cambio, consiste en la producción de un vaso lleno de líquido debajo de una bufanda. Un clásico que nunca deja de sorprender.