Un poco de historia…
“El espejo de cabeza”. Se usaba para los exámenes de oído, garganta y otras, ejem.., cavidades corporales. Para usarlo, se doblaba hacia abajo el espejo de modo que uno pudiese mirar a través del agujero central con un solo ojo. Luego se colocaba una fuente de luz próxima, de forma que refulgiese sobre la superficie parabólica del espejo. De este modo, moviendo la cabeza, uno podía reflejar los rayos de luz hacia el interior de la garganta (o lo que fuese) del paciente. Era el mejor medio de iluminar los asuntos de interés sin obstruir la visión.